Resumen

Descubre las causas y los tratamientos disponibles para este molesto síntoma.

Los acúfenos, también conocidos como tinnitus, son sonidos internos que perciben algunas personas, como pitidos, zumbidos o pulsaciones, sin una fuente externa de sonido. Este síntoma puede variar en intensidad y frecuencia, afectando significativamente la calidad de vida de quienes lo padecen. Las causas más comunes incluyen exposición prolongada a ruidos fuertes, pérdida auditiva relacionada con la edad, infecciones del oído o estrés. Aunque no existe una cura definitiva, hay tratamientos que ayudan a reducir su impacto, como el uso de audífonos con enmascaradores de sonido, terapias de habituación o técnicas de relajación. Si sufres de acúfenos, lo más importante es buscar una evaluación auditiva con un especialista para identificar la causa y definir el tratamiento más adecuado para tu caso.

¿Qué son los acúfenos?

¿Alguna vez has sentido un zumbido, pitido o sonido constante en tus oídos sin que haya una fuente externa de ruido? Si es así, es posible que hayas experimentado acúfenos, también conocidos como tinnitus. Este fenómeno afecta a millones de personas en todo el mundo y, aunque no siempre es grave, puede ser molesto y afectar la calidad de vida.

En este artículo, te explicamos qué son los acúfenos, por qué ocurren y qué opciones existen para tratarlos.

Los acúfenos son percepciones auditivas que no provienen de ninguna fuente externa. Pueden presentarse como:
🔹 Zumbidos
🔹 Pitidos
🔹 Chasquidos
🔹 Silbidos
🔹 Rugidos o sonidos pulsátiles

Estos sonidos pueden ser intermitentes o constantes, afectar un solo oído o ambos, y variar en intensidad. En algunos casos, son tan leves que apenas se notan, mientras que en otros pueden interferir en la concentración y el descanso.

¿Cuáles son las causas de los acúfenos?

Los acúfenos no son una enfermedad en sí mismos, sino un síntoma de distintos problemas de salud. Algunas de sus causas más comunes incluyen:

Exposición a ruidos fuertes

  • Escuchar música con auriculares a alto volumen
  • Trabajar en ambientes ruidosos (construcción, fábricas, discotecas)
  • Explosiones o ruidos repentinos muy fuertes

Pérdida de audición

El envejecimiento natural puede provocar una disminución de la audición, lo que en algunos casos lleva a la aparición de acúfenos.

Problemas circulatorios

Algunas condiciones como la hipertensión pueden generar un tipo de acúfeno pulsátil, que se percibe como un latido en el oído.

Infecciones o bloqueos en el oído

  • Acumulación de cerumen
  • Infecciones en el oído medio
  • Alteraciones en el tímpano

Uso de ciertos medicamentos

Algunos fármacos pueden provocar acúfenos como efecto secundario, entre ellos:

  • Antibióticos
  • Antidepresivos
  • Aspirina en dosis altas
  • Diuréticos

Estrés y ansiedad

El estrés prolongado o la ansiedad pueden agravar los acúfenos, ya que afectan el sistema nervioso y la percepción del sonido.

¿Cómo se diagnostican los acúfenos?

Si experimentas acúfenos de forma persistente, es importante acudir a un especialista (otorrinolaringólogo o audiólogo). El diagnóstico puede incluir:

🔹Pruebas de audición para evaluar la pérdida auditiva.
🔹Exploración del oído para descartar bloqueos o infecciones.
🔹Pruebas de imagen (RMN o TAC) si se sospechan problemas neurológicos o circulatorios.

¿Existen tratamientos para los acúfenos?

No hay una cura universal para los acúfenos, pero existen varias estrategias para aliviarlos:

🔹 Terapia de reentrenamiento auditivo (TRT): usa sonidos suaves para reducir la percepción del acúfeno.
🔹 Uso de audífonos en personas con pérdida auditiva para mejorar la percepción del sonido externo y minimizar el tinnitus.
🔹 Terapia cognitivo-conductual (TCC): ayuda a manejar el impacto emocional de los acúfenos.
🔹 Evitar cafeína, alcohol y tabaco, ya que pueden empeorar los síntomas.
🔹 Ejercicios de relajación y manejo del estrés para disminuir la intensidad percibida.

Los acúfenos pueden ser molestos, pero en la mayoría de los casos no representan un problema grave. Identificar su causa y seguir un tratamiento adecuado puede ayudar a reducir sus efectos y mejorar la calidad de vida.